La Cámara de Comercio de Mallorca reúne a los responsables de innovación de la red de Cámaras en Palma

23 SEP 2009

La Cámara de Comercio de Mallorca ha organizado la séptima Comisión de Innovación del Consejo Superior de Cámaras (CSC) en la sede de la institución, que ha reunido los días 22 y 23 de septiembre a los responsables de innovación de quince Cámaras españolas. Es la primera vez que esta Comisión se reúne fuera de la sede del CSC en Madrid y ha elegido Mallorca para su primera reunión. El presidente de la Comisión y presidente de la Cámara de Vigo, José García Costas, ha propuesto que Galicia sea la sede la próxima reunión por ser 2010 año jacobeo.

Durante el encuentro, los representantes camerales han trabajado sobre el ideario y las directrices de la Comisión de Innovación del CSC; han debatido sobre la necesidad de potenciar la innovación como medida para combatir la crisis económica mundial y han analizado las políticas de innovación de Baleares, de la mano del Director General de I+D+i, Pere Oliver, y de la Cámara de Comercio de Mallorca, que según Pere Oliver “van en la misma línea”. Además la comitiva ha visitado las instalaciones del Parc Bit, donde se han acercado a conocer CamerBit, el espacio empresarial de la Cámara en el parque; Microsoft y Turistec.

A continuación, un extracto del Ideario de la Comisión de Innovación del CSC sobre la que se ha trabajado estos días en la Cámara de Mallorca.

Ideario de la Comisión del Innovación del CSC
Las Cámaras están adquiriendo un papel relevante como agentes del Sistema Español de Innovación. El desarrollo de programas como InnoCámaras o la Adaptación de la empresa a la economía digital, han supuesto su mayor implicación en la gestión de los Fondos Estructurales en temas de innovación.

En este sentido, el papel de las Cámaras se instrumenta tanto a nivel nacional, mediante las iniciativas impulsadas por el Consejo Superior de Cámaras, como a nivel regional, en el que las Cámaras, en ciertas Comunidades Autónomas, están contribuyendo a la puesta en marcha de programas específicos de apoyo a la innovación y al despliegue y extensión de las Tecnologías de Información y la Comunicación (TIC).

Como se está demostrando las Cámaras son un agente importante, ya que cuentan con el contacto directo y la confianza del sector empresarial, están articuladas en red -lo que les permite desplegar un alto nivel de capilaridad por todo el territorio nacional-, mantienen buenas relaciones institucionales y presentan una especialización en las áreas de internacionalización y formación, áreas con alto potencial de innovación.

Diagnóstico
Un sistema de innovación puede definirse como “el conjunto de elementos que, en el ámbito nacional, regional o local, actúan e interaccionan, tanto a favor como en contra, de cualquier proceso de creación, difusión o uso de conocimiento económicamente útil”. En este sentido, y respecto a la media europea, el sistema español de innovación tiene una posición media-baja; el índice de innovación europeo coloca a España en el puesto número 16, situada entre los “innovadores moderados” (junto a países como Chipre, Estonia, Portugal, Grecia e Italia).

Dentro de este perfil de país moderadamente innovador, los puntos fuertes del sistema español de innovación son la disponibilidad de financiación y el apoyo institucional para este tipo de actividades. Y, sobre todo, el éxito de las actividades innovadoras en materia de empleo, exportaciones o ventas.

Continuando con los elementos positivos del sistema, es preciso señalar que en el período 2000-2006 el gasto en I+D+I en España creció en porcentajes superiores al 12%, alcanzando el 1,2 % del PIB. Este porcentaje de crecimiento es superior a la media de la UE-15, si bien el volumen de la inversión sigue siendo aún muy bajo comparado con los países de nuestro entorno (1,9 % UE, 2,5% en Alemania, 2,1 % en Francia, cerca del 3% en EEUU y Japón). Adicionalmente, es preciso tener en cuenta que la inversión en innovación por parte de las empresas sigue siendo muy baja con respecto al resto de países europeos; en España las empresas ejecutan el 55% de la inversión en innovación, aunque solamente financian el 48% del mismo.

No obstante, procede señalar que algunas Comunidades Autónomas, se encuentran mejor posicionadas que el resto del Estado: por ejemplo Madrid o Navarra, que se encuentran cerca del objetivo del Gobierno del 2% de gasto en I+D sobre el PIB para el 2010, y por encima de la media europea (1,91% para la UE25 en el 2005).

A la hora de realizar el diagnóstico, es necesario resaltar que en los últimos estudios realizados por el Ministerio de Innovación, y en particular, por el CDTI, ha quedado demostrada la eficacia de las inversiones en innovación, desde el punto de vista del incremento de las ventas como la obtención de mayores beneficios. Es por esto, que en momentos de dificultados económicas, es preciso que las empresas tomen conciencia del valor de la innovación para poder seguir logrando rentabilidad y permanencia en el mercado, suponiendo un factor fundamental y estratégico a la hora de conseguir ventajas competitivas para las pymes.

A este respecto, la evolución que ha experimentado el sistema español de innovación en la última década permite poder empezar a considerarlo como una herramienta de competitividad, en tanto el crecimiento de recursos destinados a la innovación sigue una línea ascendente. No obstante, es necesario mantener dichas tendencias de crecimiento para alcanzar el tamaño adecuado a la relevancia económica, así como apostar por la obtención de resultados de la actividad innovadora en cuestiones que incidan de forma importante en la generación de valor, de manera que se hagan visibles las consecuencias de ese crecimiento en la economía española.

A modo de conclusión y de cara al escenario actual, a continuación se describen los principales retos a los que debería enfrentarse el sistema español de innovación:

• Aumentar el esfuerzo en I+D+I, especialmente el gasto privado, extendiendo la innovación al conjunto del tejido empresarial, especialmente entre las PYMEs, y los sectores tradicionales.
• Aumentar el nivel tecnológico del tejido productivo español y el ritmo de creación de empresas tecnológicas.
• Mejorar la articulación entre el ámbito científico y el empresarial.
• Convertir a las empresas españolas en empresas globales.
• Lograr una mejor adecuación del capital humano a las demandas de las empresas innovadoras.
• Desarrollar el sector de servicios avanzados para favorecer la transmisión de conocimientos y una mejor gestión de la I+D+I.
• Diseñar instrumentos de política de innovación más adaptados a PYMEs y a las actividades de intensidad tecnológica media-baja, lo que requiere una mayor proactividad.
• Mejorar la coordinación entre los niveles autonómicos y el estatal.